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Ultimamente, se habla mucho sobre “Innovación”.  Es un término que se confunde con “Creatividad”, pero a pesar de estar relacionados estrechamente, estos términos tienen diferentes significados. Cabe aclarar que la Innovación no es aplicable exclusivamente al desarrollo de nuevos productos o servicios, sino que también se puede innovar en procesos o en la forma de hacer las cosas.

Por poner un ejemplo: Una tienda que comercialice vestimenta puede mantenerse haciéndolo de la forma tradicional.  Sin embargo, esta tienda también puede innovar en su cadena de valor, lo que resultaría en un incremento de sus ingresos o en ser eficientes con sus costos. Recordemos que para que exista innovación debe cumplirse dos requisitos básicos: ser creativo y que la caja registradora “suene”; es decir, que genere valor para la organización o persona que está llevando a cabo el proceso de innovación.

¿Realmente entendemos qué es Innovación?  Como ayuda, les presento una fórmula que permite comprender, mediante un modelo “matemático” (si cabe el término), cómo se llega a la Innovación:

Esta fórmula nos indica que solo innovan aquellas organizaciones que tienen un ENTORNO INCONFORMISTA.  Al manejarse en ese entorno, las personas de dichas organizaciones cumplen con las siguientes características: tienen INICIATIVA, son CREATIVAS, son CURIOSAS y son OBSERVADORAS; así, al contar con estas características, aquellas personas generan muchas IDEAS.  De todas estas IDEAS, algunas pueden directamente constituir INNOVACIÓN, muchas otras pueden ser aplicadas directamente.  Ciertas IDEAS más complejas entrarían en un proceso de INVESTIGACIÓN y DESARROLLO, para lo cuál va a ser necesario un CONOCIMIENTO técnico/especializado, y así se transformarán en INNOVACIÓN.  

Debemos saber que la INNOVACIÓN es vital para la Competitividad de nuestras organizaciones.  Al vivir en un entorno VUCA, es decir VOLATIL, INCIERTO, COMPLEJO y AMBIGUO, por sus siglas en inglés, el ser innovador ya no es una opción; es una necesidad.  Dejó de ser un “nice to have” para convertirse en un “must have”.

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Autor: Carlos Fernando Villacreces

Si repasamos los modelos de gestión de las empresas en los últimos cincuenta años, podemos observar que en materia de innovación los diferentes vectores de cambio han sido administrados con base en la característica dominante de cada ciclo.

Pero al día de hoy la complejidad es distinta, el entorno empresarial está caracterizado por un aumento del grado de incertidumbre (económica, política, social), por un incremento de la velocidad de cambio tecnológico, por el protagonismo de la competitividad a través de los intangibles los mismos que se han impuesto cada vez más a la tradicional competencia de precios, y por la sustitución de las tradicionales estructuras sectoriales por otras estructuras del tipo red. Todo esto ha obligado a la empresa a colocar dentro de su estrategia, la Gestión de la Innovación como una herramienta de competitividad.

Son múltiples las definiciones de innovación, posiblemente todas validas desde el punto de vista del autor y del entorno a las que se aplique, pero en resumen podemos decir que innovar es transformar una idea en un producto vendible sea éste nuevo o mejorado, o en un proceso operativo en la industria y en el comercio, o un método de organización y comercialización aplicado a las prácticas de trabajo, al lugar de trabajo o a las relaciones externas.

Está demostrado que existe una relación variable entre el esfuerzo realizado para mejorar un producto o un servicio y el rendimiento conseguido por el mismo. Las empresas que han emprendido procesos de innovación tecnológica, adecuadamente dirigidos, lo han hecho porque lo ha considerado imprescindible para su supervivencia o por la constante necesidad de permanecer en el mercado y no solo por voluntarismo o por moda. Si ser creativo es imaginar cosas nuevas, innovar es hacer cosas nuevas, es asumir la responsabilidad de convertir las palabras en hechos.

Pero innovar no tiene por qué ser un proceso desordenado; en cierta medida algunas empresas han organizado sus procesos para resolver el problema de adaptación al cambio, distinguiendo esto como innovación, aunque muchas veces esto no signifique que se esté gestionando adecuadamente todo el proceso, incluido el aprendizaje, que le permita a la empresa incrementar su base de conocimiento para que generen nuevas ideas como antesala de un proceso innovador efectivo.

Tomémonos el tiempo para reflexionar acerca de la importancia de Gestionar la Innovación en las empresas, instituciones u organizaciones de cualquier tipo y tamaño, fortalezcamos la visión de liderazgo para realizar lo que nadie ha imaginado todavía.

Ing. Ind. José Merchán T. M.Sc., PMP

Consultor Asociado, Instructor de Innovación

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Se conoce como Capital Estructural al conjunto de conocimientos (aprendizaje) que permanece en la empresa al final de la jornada laboral; comprende las rutinas organizativas, procedimientos, sistemas, culturas, bases de datos, etc.  Algunos de ellos pueden protegerse legalmente y convertirse en Derechos de Propiedad Intelectual o Industrial, como los derechos de autor o las patentes.

Las organizaciones realizan esfuerzos por sistematizar sus procesos tanto internos como externos, implementando e incluso certificando sus sistemas de Gestión de Calidad, Ambiental o de Seguridad.  Son cada vez más las organizaciones que optan también por sistematizar la dirección de sus proyectos, así como la dirección de la innovación, considerados hoy en día elementos fundamentales de una sólida ventaja competitiva. 

La innovación incrementa la competitividad al producir un salto tecnológico en los procesos, productos o servicios, mejorando de forma sustancial los resultados.  Son variadas las técnicas que usan las empresas para gestionar su innovación con resultados más o menos favorables.  Ejemplo de ello puede ser el uso de la Dirección de Proyectos, como herramienta esencial para materializar la estrategia en una organización, por lo que se ha producido una tendencia creciente de su profesionalización. 

A pesar de que en la actualidad existan adecuados instrumentos para sistematizar la Dirección de Proyectos y un abundante cuerpo de conocimientos para sistematizar la Dirección de la innovación, en el entorno del “management” coexiste cierto grado de debate en torno a preguntas como: ¿pueden las normas y metodologías ser considerados como un elemento angular hacia la consecución de objetivos de la organización?, ¿permiten las mismas mejorar o fortalecer la relación con los interesados?, o si estás normas y metodologías ¿pueden en algún momento llegar a ser más un obstáculo, más que ayuda, para el impulso de la innovación dentro de una organización?. La respuesta es que actualmente, las normas y metodologías son elementos esenciales más que opcionales.

Si una adecuada estrategia de innovación, incrementa la competitividad de las empresas al favorecer el salto tecnológico en sus productos, procesos y servicios; una adecuada metodología de dirección de proyectos permitirá la implementación adecuada de esa estrategia. Ambos elementos generan un valioso conjunto de conocimientos que forman parte del aprendizaje de una organización, que a su vez le permitirán enfrentar nuevos desafíos.

Pero la Innovación no tiene por qué ser un proceso desordenado.  Al contrario, la implementación y uso de herramientas y metodologías ayudan a las empresas a adaptarse a los cambios del entorno.  Le permitirán también, de una manera sistemática y ordenada, capitalizar el conocimiento adquirido con la finalidad de alcanzar mejores resultados comerciales, mejorar la comunicación interna, fortalecer la implicación del personal, impulsar el aprendizaje tanto individual como grupal, y, estimular la creatividad.  

La International Association of Innovation Professionals – IAOIP (Asociación Internacional de Profesionales de la Innovación), promueve la difusión de las mejores prácticas y técnicas de dirección de la innovación, cuyo cuerpo de conocimiento está claramente expuesto en el Global Innovation Science Handbook, Guía de Fundamentos Profesionales sobre la Ciencia Global de la Innovación y sus diferentes certificaciones.  

En próximos artículos exploraremos las Certificaciones Profesionales del IAOIP.

Ing. Ind. José Merchán T., M.Sc., PMP

Consultor Asociado, Instructor de Innovación