Ser ágil significa ser flexible. Tan simple como puede sonar, el marco Ágil es más que una manera efectiva de crear flexibilidad en el negocio. Aunque los conceptos básicos de Ágil son fácilmente comprendidos, se necesita altos niveles de compromiso, paciencia y apertura para convertirse en un verdadero campeón de la filosofía Ágil. Algunas personas son ágiles por naturaleza; prefieren la gente sobre la tecnología, creen en hacer antes que en planificar lo que se debe hacer y tienen más fe en los valores que en la documentación oficial. Las compañías ven las ventajas de tener este tipo de personas en la organización para promover la cultura Ágil.
En Ágil, los dos extremos de “planificadores” y “ejecutores” se influencian mutuamente. Los planificadores empiezan a trabajar exitosamente de acuerdo con sus planes, mientras que los ejecutores aprenden a planificar exitosamente antes de empezar a hacer cosas sin pensar. Cuando la gente Ágil forma un equipo, con seguridad el proyecto vuela, pero no todas las compañías o equipos están enriquecidos con estas personas. Así que, ¿cómo puede un Director de Proyectos definir si los miembros de su equipo son ágiles o no?
Si eres ese Director de Proyectos, el primer paso hacia esta misión es averiguar qué tan Ágil eres tú mismo. En otras palabras, ¿practicas los principios básicos de Ágil? ¿Entregas valor consistentemente al negocio mientras te ajustas eficientemente a un ambiente de negocio cambiante y dinámico? No hay apuro para contestar esta pregunta con un simple si o no. En lugar de ello, permítenos mirar un escenario y determinar qué tan ágil eres manejándolo.
Imagina que en medio de un proyecto Ágil, el cliente hace un cambio inmenso en el requisito más importante. Tienes diversas respuestas de las cuales escoger. Podrías decidir empezar de nuevo y posponer las fechas de entrega. Podrías invertir tiempo en planificar cómo manejar el cambio y aún terminar a tiempo. Podrías buscar expertos fuera del equipo para que manejen la situación. O, podrías estar preparado con anticipación para manejar el cambio repentino de requisitos y hacer ajustes para entregarlo dentro del tiempo estipulado. Si te inclinas hacia la última reacción, eres Ágil o estás cerca de serlo.
No existe una prueba objetiva específica o valoración que pueda determinar de manera concluyente si eres Ágil o no. Sin embargo, existen varias pruebas disponibles en línea que pueden indicar si tú o tu equipo se alinean con las prácticas Ágiles. Incluso con las pruebas, siempre habrá una área gris porque Ágil es más un enfoque o una filosofía que una metodología científicamente definida para hacer desvanecer de la noche a la mañana los problemas de tus proyectos.
A continuación constan algunos puntos que puedes considerar para obtener una mejor comprensión sobre cuán Ágil eres:
• Tener el enfoque correcto: Si enlistas ítems de acuerdo a su importancia de manera descendente, serás capaz de enfocarte primero en lo primero. Esto asegurará valor para el cliente. Cuando tienes que escoger entre los ítems de la lista para que sean parte de las entregas, tendrás una mejor oportunidad de que elijas los ítems correctos que beneficien al negocio del cliente.
• Enfócate en aspectos que están bajo tu control: Es bueno pensar en el negocio completo, pero tratar de involucrarse en el trabajo del sistema completo puede no ser útil. Puede diluir el enfoque de tus responsabilidades principales, afectando el trabajo que tienes entre manos. Es mejor canalizar tu atención hacia cosas que tú puedes controlar. De esta manera puedes trabajar eficientemente, así como encontrar soluciones rápidamente, si las cosa salen mal en algún punto.
• Mejora tus esfuerzos: Si actualmente estás trabajando en un proyecto, identifica barreras que están evitando que el equipo pueda entregar. Pronto serás capaz de mejorar tus esfuerzos e incrementar la productividad del proyecto. Puedes también ser capaz de comprender cómo está impactando al proyecto la interacción del equipo, ya sea que los miembros del equipo estén cooperando entre ellos o no. Con el objeto de alcanzar resultados óptimos es importante para los Directores de Proyecto comunicarse constantemente con los ejecutores, quienes a su vez deben estar en constante contacto con los “chicos de calidad”. La buena colaboración entre los miembros indica la salud del proyecto. Otra idea que puedes tomar de este ejercicio es que mientras más entregas hagas, más retroalimentación recibes. Consecuentemente, tu siguiente área de enfoque podría derivarse de la retroalimentación.
A parte de estudiar la metodología Ágil e implementarla en tus proyectos, es muy interesante comprender el grado en el que eres Ágil. Esta comprensión permea hacia el equipo, donde puedes encontrar qué tan Ágil es el equipo. Si estás practicando Ágil en tu negocio, es evidente que conoces los conceptos. Practicar la filosofía Ágil te ayudará a construir un equipo Ágil efectivo, el cual será el activo más valorado en tu compañía. Retrospectiva, tomar acción en los cambios, aprender de los errores y reevaluar lo aprendido son atributos de un equipo Ágil.
Autor: SCRUMstudy
Traducción: Adela Vega, TSPM, SMC, SDC
Adaptación: Enrique Ledesma M.Sc., PMP, STC, SPOC, SMC, SDC